EL CUIDADO DE NUESTRO CALZADO

     


En este artículo quiero recalcar la importancia del calzado en el atuendo de un caballero, hasta el punto de que un buen calzado mejorará el conjunto con un traje mediocre, pero un buen traje, verá notablemente perjudicado su conjunto con unos malos zapatos.


Es por ello, que si invertimos en buenos zapatos, deberíamos procurar, que dichos pares, formen parte de nuestro guardarropa el mayor número de años posible.

Para ello, daré una serie de indicaciones, que podrían alargar la vida útil de nuestros zapatos.

La compra.

En primer lugar, quiero aclarar, que no debemos centrar nuestra elección en marcas de moda, que, en ocasiones, ni siquiera están confeccionados en piel. Seguramente, por el precio que nos requieran, podremos encontrar calzado de artesanos y productores nacionales, de mucha mejor calidad, tanto en los materiales, como en la terminación. El producto nacional, en este sentido, no tiene nada que envidiar a las grandes marcas internacionales.

Aquellos a los que nos gusta el estilo clásico en la forma de vestir, tenemos siempre la ventaja de la atemporalidad de las compras que irán completando nuestro armario, y esta ventaja se aplica muy especialmente cuando invertimos en un buen par de zapatos, ya sean: oxford, derby, botas, loafers,  etc…









 


Limpieza.


Un caballero lleva siempre sus zapatos limpios. Para ello, tras su uso, debemos limpiar la piel de restos de suciedad, y lubricarla con una buena crema, aplicada con un paño de algodón, para, posteriormente cepillar con un cepillo de pelo de caballo natural, de una manera enérgica, lo que devolverá el brillo a la piel.




El cuidado frecuente con crema, retrasará la aparición de arrugas en la piel del calzado, si bien, algunas como las de la zona del empeine, con el uso, son inevitables, pero harán que los zapatos evejezcan bien y mucho más lentamente.

Para el calzado de ante, existen cepillos de goma, que los dejan como nuevos.



En el caso de que se manchen con algún líquido graso, primero aplicar polvos de talco, bicarbonato, o incluso harina, para absorver la grasa, si quedasen restos, se puede frotar en círculos con el cepillo de goma algo húmedo, y con un poco de jabón neutro. Posteriormente hay que cepillar con dicho cepillo no sólo la  mancha, sino el zapato entero.

Las suelas también deben limpiarse con un paño de algodón húmedo.

Guardado.



Recomiendo que, junto a la compra de cada par de zapatos que compremos, compremos un par de pernitos de madera, los cuales se introducen dentro del calzado como si fueran nuestros pies, guardando los zapatos en fundas de algodón con los pernitos dentro, limpios y lubricados, protegidos del polvo y de nuevas arrugas, y listos para el siguiente uso.






Siguiente uso.

Cuando vayamos a utilizarlos nuevamente, sólo requerirán un leve cepillado con un poco de pomada de calzado, para potenciar su brillo.


Para calzarnos es importante utilizar siempre calzador, y no forzar la entrada del pie en el calzado, ya que lo haría deformarse.



Protectores.

A algunos zapatos se les colocan protectores metálicos en la parte de la suela pegada a la puntera, y el la parte trasera de la tapa del tacón. Dichos protectores se sujetan con clavos, y como su nombre indican, protegen las partes bajas del zapato de su desgaste.





Desgaste de tapa.

La mayoría de los zapateros repara el desgaste de la tapa del tacón del zapato.



Desgaste de suela.

Cuando el desgaste se ha producido en la suela, y necesitamos cambiarla, ya la cosa cambia. Hoy en día cualquier Zapatero pega una media suela sobre la suela desgastada, en lugar de sustituir completamente la suela desgastada por una nueva.


Créame si le digo que si nuestros zapatos son de calidad, le merecerá la pena hacerlo, y volverá a tener sus zapatos prácticamente nuevos.



Merece la pena localizar un Zapatero que sepa realizar ese trabajo, ya que no todos saben hacerlo.



Mr. Mycroft.




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