EL TRAJE AZUL MARINO


            En este artículo quiero hablar del primer traje azul marino que un caballero debería incorporar a su armario.

“La moda es de una fealdad tan intolerable que tenemos que cambiarla cada seis meses”.

            (Oscar Wilde).


         Deberá ser de lana. De entretiempo. De corte lo más clásico posible. La chaqueta, con dos aberturas en la espalda,  de hilera sencilla, con dos botones. El primero (el más alto) siempre se lleva abrochado, excepto si nos sentamos, y en ocasiones muy formales, incluso sentados. El segundo, nunca se abrocha.

            Siempre se usa con corbata, ésta, de un ancho parecido al de las solapas de la chaqueta, por lo que no las recomiendo estrechas.

             No hay elegancia posible sin pañuelo de bolsillo en nuestras chaquetas y americanas. El color del pañuelo,  debería de combinar con  el color de la camisa, por lo que deberíamos empezar por uno blanco y otro celeste, ambos de seda y rematados a mano. 

             Cuidaremos, al probarnos la chaqueta con la camisa abrochada:

            - Que no quede espacio entre el cuello de la chaqueta y el de la camisa. 

            - Que las solapas y la espalda queden limpios (sin arrugas).

            - Que la línea de los hombros quede en su sitio,.

        - Que el largo de la chaqueta sea el del nudillo del dedo gordo de nuestra mano  con el puño cerrado.

            - Que el largo de las mangas de la chaqueta sea el correcto, dejando a la vista 1 cm del puño de la camisa. Probar que dicha distancia varía poco al plegar el codo llevando nuestro puño al ombligo.

              - Que cruzando los brazos sobre nuestro pecho tenemos cierta libertad de movimiento. 

              Recomiendo bolsillos con tapa y cerillera.



         No recomiendo el tiro bajo en los pantalones, dado que, para cumplir la norma que dice que la corbata debe tocar con su punta el botón de la cintura de los pantalones haría aparecer la corbata por el temible “triángulo de las Bermudas”, que se forma por el botón abrochado de la chaqueta y la cintura del pantalón que dejaría ver la camisa. Muy antiestético, francamente. 


        Los pantalones de un traje se abrochan en la cintura, y no en la cadera.. El largo de los pantalones debe tocar el zapato. Por la parte trasera hasta el tacón del misno. Por la delantera debe posarse en el zapato sin formar pliegues. No recomiendo los bajos de los pantalones demasiado estrechos: 21-22 cm mínimo, ó se producirán pliegues en los bajos. Recomiendo los pantalones con ajustadores en la cintura, y con botones para tirantes, ya que son más cómodos que con cinturón, más elegantes e impedirán que se muevan de su sitio correcto. Los pantalones para tirantes no suelen llevar trabillas para el cinturón.


        Cualquier irregularidad en los detalles que indico conllevará el arreglo obligatorio de la prenda. Es prácticamente imposible un ajuste perfecto en una prenda de confección sin arreglos. Las mujeres lo saben y están habituadas a los arreglos de sus prendas. Un caballero debe ajustar su traje a su físico. Es frecuente ver a hombres, que por no hacerlo, denotan dejadez en vez de elegancia.


         Un traje se acompaña siempre de un buen par de zapatos (impolutos), de cordones Oxford. Para el azul del traje, lo indicado es zapato negro.


            Por supuesto, no es correcto su uso sin calcetines. Deben usarse calcetines largos de hilo o de algodón. En este caso, de color negro.

            Aunque recomiendo la sastrería a medida, entiendo que al ser el primer traje es muy probable que sea de confección, pero si alguna vez se puede permitir un traje a medida, le aseguro que lo verá como una inversión ya que, aunque el precio es notablemente superior, las terminaciones de la prenda y el ajuste de la misma, lo merecen y la duración en su guardarropa amortizará, durante muchos años, sin duda, dicha diferencia en el precio.


        El traje azul marino es una prenda para ocasiones formales: bodas, comidas o reuniones de negocios, incluso con una corbata azul  marina lisa se podría utilizar en un funeral.



            Mr. Mycroft.


















 

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